ÉXITO O EXITOSO
Por: Pablo
Solórzano Gudiel.
Bien este pequeño ensayo, ha causado
una serie de preguntas que han llegado profundamente
a mi interior; quizás porque nunca había pensado en ello, ¿acaso he pasado gran
parte de mi vida viviendo por la inercia del tiempo y los eventos de mi alrededor? Yo creo que no. Quizás nunca he tenido la mentalidad de medir mi
vida, adquiriendo premios o notoriedad, no miro la vida como una competencia.
Sin embargo esa mentalidad ganadora es para muchos el camino a una vida exitosa
y llena de éxito. Y está bien, es parte de nuestro libre albedrío como seres
humanos. Aclaro no busco generar conflictos con nadie, es solamente mi forma
personal de clarificar lo que significa el éxito y el ser una persona exitosa.
Etimológicamente, la palabra éxito
deriva del griego “exitus” que
significa “salida”, pero su concepto
original hace referencia “al efecto o la consecuencia acertada de una acción”,
pero su raíz ha perdido sentido en nuestro contexto actual, donde se empieza a
considerar como: “sobresalir”, “encabezar la competencia” y “salir del oscuro
anonimato”.
Claro está el éxito subraya
actualmente en poder medir “objetivamente” las acciones que consideramos
exitosas, por ejemplo, en la actualidad
hablamos que un entrenador de cualquier deporte es exitoso cuando gana muchos
campeonatos pero caso contrario carecería de éxito; pero dejamos de lado el
éxito “subjetivo” aquel que no necesita de grandes trofeos para ser llamado
como tal, tomando el ejemplo anterior “muy pocos en este mundo notarán cuando
este entrenador ayude a alguno de sus pupilos a superar sus propios medios, o
pocos notarán cuando la mentalidad de un equipo sea de superación propia y no
competitiva como muchos esperan”.
Es aquí donde nos damos cuenta de que
todos somos exitosos pero no lo sabemos o aún no nos hemos dado cuenta, como
cuando ahorramos y compramos algo que anhelamos, como aquella persona que lucha
día a día para vencer sus adicciones, como aquel estudiante que supera el
examen del curso en el cual se sentía débil. Y así puedo seguir enumerando más
ejemplos, pero aun así siento que es algo vacío, no me juzguen mal, reconozco
la importancia de nuestros éxitos diarios; pero creo que podemos y debemos
ampliar nuestra definición a un concepto que sea para beneficio de la
humanidad, esos pequeños éxitos que pueden ayudar a un mundo que día a día
agoniza. Ayudar al prójimo que perdió el camino, a aquel que perdió las
esperanzas, a aquel que la opresión y la injusticia ha colocado en la oscuridad
de la pobreza y la ignorancia, a luchar por la justicia social y la igualdad de
todas las personas, luchar por la protección y el saneamiento de nuestro medio
ambiente. Entre muchas causas.
¿Qué podríamos hacer para alcanzar
éxito ayudando? Primero debemos entender que casi nunca recibiremos algo
material en cambio, pero nos llevaremos muchas sonrisas sinceras y el afecto
sincero de alguien que está agradecido. También debemos entender que a veces
pueden ser pequeños actos y que podemos sentirnos pequeños por ello. Pero como
decía Madre de Teresa de Calcuta: “A veces sentimos que lo que hacemos es tan
solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara esa gota”.
Incluso hay veces que sentiremos que
no tenemos valor para las personas y que no estamos ayudando a muchas personas
o que nadie valora nuestra lucha. Pero recordemos que ser íntegro es hacer aquello
que creemos correcto sin necesidad de tener espectadores o como decía de manera
sabia el Reverendo Martin Luther King Jr. “Sí ayudo a solo una persona a tener
esperanza, no habré vivido en vano”.
Concluiré este pequeño soliloquio sobre
el éxito con dos pensamientos: “El día de hoy no se volverá a repetir. Vive
intensamente cada instante lo que significa alocadamente, sino mimando cada
situación, escuchando a cada compañero, intentando
realizar cada sueño positivo buscando el éxito del otro y examinándote a ti
mismo en la asignatura fundamental que es el amor” – Robin Williams.
“El éxito no es que tan lejos haz
llegado, pero sí lo que tu haz recorrido desde que empezaste” – Steve Prefontaine.
A modo muy personal concluyo que: “el
éxito es nunca dejar de luchar por lo correcto y lo justo, porque sus
resultados son la acertada consecuencia de una acción noble”.
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