sábado, 11 de enero de 2014

PERSPECTIVA

PERSPECTIVA
POR: PABLO SOLÓRZANO GUDIEL


Durante años el hábito de lectura y de busqueda de tesoros literarios, que nutran cada fibra de mi alma y de mi corazón; ha desarrollado en mi persona miles de ideas que confluyen en un mismo sitio, resumido en una misma palabra "REALIDAD"; me gusta ver y observar cada detalle de cada situación vivida o que alguien más haya vivido, siempre se encuentra algo de aprendizaje en ellas, de aprender viene el pensamiento y del pensamiento las ideas. Esta breve introducción que muchos verán innecesaria, para mi no lo es, porque en ella manifiesto la manera en que han surgido mis ideas, de la manera en que he generado mi perspectiva y mi pensamiento; de la manera en que aprendí a ser activo dentro de este mundo. 

Aprendí a no tener miedo de lo que pasa en el mundo, ya sea en países lejanos o en situaciones tan cercanas como con quienes trabajamos o nuestro círculo más íntimo de personas, aprendí que los problemas no son más que el reflejo de muchas situaciones, pero principalmente el choque de ideas contrarias, esto es consecuencia de un fin principal del ser humana que es la suma de todos sus egos, dando como resultado la palabra "YO", ya no me preocupo en tener miedo con eso, en gastar mi vida tratando de cambiar algo que desde la infancia debió ser cambiado, de que nuestros padres debieron enseñarnos el perder las ideas del egoismo y la indiferencia social; ya no me ocupo de cambiar algo, porque al igual que yo generé mi manera de pensar, así mismo he visto y aprendido que cada persona ha generado su manera de pensar; lastimosamente en su mayoría (aclaro, no todos porque he visto que hay nobleza y amor, en pocas personas) tienen un pensamiento egocéntrico, egoísta, personalista, vanidoso; mismo que tienen y realizan para alimentar su "idea primma" del "ego sum". Ya no voy a luchar para cambiar algo que no puede ser cambiado; así como el mundo no puede cambiar mi manera de pensar y actuar, ya no pelearé contra nadie, llega el día en que te das cuenta que tienes que entender que hay situaciones que no puedes cambiar.

Dios sabiamente me colocó en un punto específico, con personas que me enseñaron algo antes que la palabra "YO", me educaron a pensar en Dios en su obra, en el amor al prójimo, en la idea de servir y ser servidor, en el sentimiento llamado amor en cual medito todos los días, en el cual actuo todos los días; sin quererlo he escrito otra explicación al por qué soy como soy, gracias a Dios, me colocó en ese lugar en primera razón para aprender, luego para pensar y finalmente para actuar; lo reconozco hubo un momento oscuro en el que tuve miedo y me salí de ese plan, pero Dios nunca se olvidó de mi, me rescató y me siguió enseñando más y más; me mostró que el motivo de que exista como persona es el que fuera un instrumento en sus manos, cuando decidí dejarme usar como instrumento en sus manos, mi mente y mi visión del mundo creció, AUMENTE MI PERSPECTIVA DE LA REALIDAD; y entendí que desde que antes de que naciera, Dios sabía que pasaría en un hogar repleto de personas que me educarían, que viviría situaciones agradables, desagradables, alegres, tristes, placenteras y dolorosas, mismas que me labrarían y harían de mi lo que soy; y entendí que mi labor en este mundo es el de vivir para servir, el de vivir para hablar y pronunciar que el cambio viene de Dios, el de educar sí Dios me lo permite a mi familia exactamente lo mismo que mis antepasados generacionales me han enseñado; sé que mi voz y mis palabras no cambiarán al mundo entero, eso lo entiendo y comprendo muy bien, pero así como Martin Luther King, dijo en cierta ocasión: "Conque logre inspirar a una sola persona, sabré que mi labor ha dado frutos"; no pelearé con nadie, hablaré de la mejor manera que he aprendido, con el ejemplo, hablaré con la esperanza de ser escuchado y en esta particular situación, el ser leído; y si en alguna persona logró mover las fibras de su corazón, su mente y su alma, hacia el camino del cambio, hacia siempre hacer lo correcto, hacia la idea del servir, me daré por satisfecho. Aclaro tambien no puedo hacer cambiar a nadie, el cambio viene de cada uno, el cambio es propio; y con tristeza lo digo porque sé que será ver que a pesar de mis palabras y de la realidad del cambio, muchos no cambiarán, con tristeza tendré que aceptar esos momentos.

El inicio de cambiar es en perder esas actitudes del "ego sum", en saber que nuestras palabras, nuestras actitudes, nuestros actos, nuestras decisiones, no solo nos afectan a nosotros, sino que colateralmente dañan, afectan, resienten en las demás; tenemos que recordar que nuestras acciones en cualquier sentido no son como una flecha, son más como una explosión que dispersa energía hacia todas las direcciones; es por ello que si actuamos y decidimos con sabiduría, abriremos el camino a que esas explosiones sean constructivas, evitando las destructivas; así seremos bien recibidos en cualquier parte y si fuese necesario seríamos bien despedidos, nada en esta vida es estático; la vida es un constante andar, si nos atrasamos la vida continuará y nos quedaremos rezagados, y un día abriremos lo ojos y nos daremos cuenta de lo que desperciamos, que no solo perdimos el tiempo, que dejamos escapar lo hermoso de la vida que es la vida misma en sí, y todos los hermosos regalos, bendiciones, soluciones, eventos, situaciones que nos hubieran hecho crecer; al final el remembrar no es lo mismo que recordar, al final quedarte sin actuar, sin decidir, sin hablar, no es lo mismo que vivir. La vida es eso, el aceptar, el rechazar, el dejar ir, el recibir; es tan simple como comprender la idea general de que Dios siempre nos deja escoger y aceptar; siempre ha estado en nosotros; es el poder de la decisión, porque siempre decidimos que camino elegir; siempre tenemos la oportunidad de elegir el camino uqe nosotros mismos decidimos; cada quien es reflejo mismo de sus decisiones y sus pensamientos. Yo decidí, y me ven publicar esto, tomé la decisión de hacerlo; y también me daré el tiempo para no hacerlo en un tiempo, pero siempre estaré ahí, con la esperanza de poder lograr que una persona aunque sea solo una sola tome la decisión de cambiar y dejar que Dios la use como instrumento de Dios, y así ser parte de quienes Dios tiene preparada para la grandeza.